Fútbol

Todos a los que conozco, tienen algo con el fútbol, ya sea odio o amor.
Hay muchos grupos, algunos quieren a un equipo y otros quieren a otro, pero nunca faltan esos momentos que se viven gracias a él;
Momentos de desesperación, momentos de tristesa, de derrota, momentos de alegria, de juerga, momentos de silencio e incluso momentos de fiesta, de no callar nunca.
Es ese deporte que hace que millones de personas se unan para crear algo parecido a una familia que defiende sus leyes, que defiende a ese equipo en concreto por el que pasa horas y horas rezando, para que gane.
Hemos de admitir que seguramente la mayoría de gente ha soñado con ser un futbolista famoso, por darlo todo por la copa, por unirse al equipo como si fueran ya hermanos todos, por sudar por una meta, una victoria, por conseguirla y ganar o por perderla y no rendirte.
Todo o nada.

El fútbol, un buen deporte para algunos y un asco para otros, pero hay que asumir que es ya como una cosa natural del mundo, es como una vida que recoge a muchas otras en su interior, las guarda, hace que se unan aunque sea solo una vez para disfrutar, para gritar alto, para no rendirse pase lo que pase, para apoyar.
Es más que un deporte, es un mundo a su manera.
                                                                                              Un mundo que vive gracias a todos nosotros.

Otra vez

Si tú te vas  y yo también, no quedará nada, ni los momentos buenos.

Una vez estuve a punto de atraparlo todo,
una vez estuve a punto de entenderlo.
Pero como una señal tan pequeña, como un gesto microscópico, la nada se quedó y ahora yo me peleo por poderlos recordar... los momentos buenos.

Momentos que quedan en la memoria del humano, que se terminarán olvidando como los demás susurros del manto negro y oscuro que nos da este mundo.

                                                                           Y olvidarlo todo y empezar de cero, otra vez.

Ciega.

Hola amiga, mi vida, mi todo.

¿Sábes? Te quiero más que mucho.
Últimamente estamos teniendo demasiados problemas, tanto la una como la otra.
Antes estábamos siempre juntas, ¡Inseparables!
¿Lo recuerdas? Piensa... En esos momentos anteriores, en nuestros momentos.

For ever... Esas palabras antes eran el lazo que nos unía .
Aquel por el que luchábamos las dos, aquel echo de acero
inoxidable.

Pues... Siéndote sincera, este lazo está muy desgastado
y puede que pronto se rompa... Y piensa que un lazo
roto es difícil de volver a atar.
A mí me enseñaron a luchar por lo que quiero y he luchado
por esto mucho tiempo, sujetando el lazo con fuerza,
aunque muchas veces las manos comienzan a sangrar.

Ahora una venda cubre mi mano hasta que la herida cicatrice.
Una marca para recordar que un día luche por algo llamado
amistad.
Aun así me duele, mis ojos no paran de llorar. Lloran lágrimas
con la energía de nuestro amor, luchar... Yo hace mucho aun luchaba.
Ahora simplemente me he quedado ciega y ya no tengo razón por la que
seguir en esta batalla, no te veo como antes.

No veo nada...

Querido hogar;

Querido mundo:

¿Qué te está pasando? Pareces muy enfermo...
Cada vez que te veo solo encuentro miedo.
Miedo a esas caras tristes, a esas batallas   i n t e r m i n a b l e s   y a esas catástrofes naturales.
Dime mundo, como puede ser, que yo a esta edad abra los ojos y te vea así...
¿Acaso no tengo el mismo derecho que los demás? 
El derecho a sonreír, a verte feliz, a que me dejes encontrar cada día un mundo nuevo, mejor... A poder ver lagos eternos, a poder surfear sobre las olas con libertad, a poder mirar al sol sin miedo a cegar, a entrar en un bosque y conocer, a conocerte a ti.
Pero claro... Hoy en día todos pasan de ti, pero...¿Sábes qué? Yo lucharé a tu lado, siempre.

                                   Puedes contar conmigo.

Sonido

Una vez me preguntaste, ¿Cómo piensas que sería tu vida sin mí?
Sorprendida, yo te respondí;
Cariño mío, no hay vida sin tí.
Y tu a carcajadas parar no pudiste,
entonces te dije;
'Dime, que es tan gracioso,
que contigo quiero reirme'
Tu simplemente
un dedo contra mis labios pusiste;
'Calla amor, calla...
más no quiero oirte, para ti no hay vida sin mí
y eso es bien triste'
Con ojos cerrados te acercaste
y un beso me plantaste.

Quizás tu tengas razón,
mas aun así comprenderte no pude.
Entonces dime amor mío,
dime...
¿Qué sería de mí sin ti?
Sin tus palabras, sin tus miradas,
sin tus consuelos y sin tus risas.
Sin tus consejos, sin tus silencios,
tan intensos...
Por la gloría de mi vida yo te juro
que sin tí vivir no podría ni un minuto,
porque el sonido de tu respiración
hace que se escuche,
hasta el más pequeño
latir de este pobre corazón.

Río por no llorar

Pescar más de un pez, hacer un bizcocho, abrir la ventana,  iluminar tus ojos, pasar la tarde en casa de mi amiga, tumbarme en la hierba, una coca-cola f r e s c a, nadar en el mar, comer una paella, andar por la playa cuando el sol viene de cara, descubrir una canción... y poder silbarla.

Saltar de un barranco, rodar por la pradera, escuchar al viento soplar, perder la vergüenza, perder la cabeza, encontrar una sonrisa y sonreír con ella, salir de compras, comprar una botella, beberla en pareja, j u g a r en la trastienda, viajar en tren, una colonia dulce, salir de cena y compartir el postre, comer sandía, hacer macarrones, hablar del tiempo en las reuniones, mirar diez capítulos de una serie, jugar a hacer palabras, construir las más largas, mirar el calendario, subir al escenario, sobrevolar tu barrio, escondida en un armario.


                                              Solo subo cuestas, río por no llorar.